viernes, 3 de junio de 2011

Hace tiempo

Hace tiempo que esta pluma libertina y pendenciera no derrama lo que siente sobre el blanco del papel. Hace tiempo que lleva guardando su tinta para males mayores. Pero no fue por falta de talento, o de inspiración. Calló por no ir como alma en pena delineando las siluetas en el suelo de los cadáveres de su fracaso. Es cierto, lo admito, fracasó. Fracasó igual que fracasa en octubre el intento del verano por seguir vivo. Y todavía no sé realmente el porqué. Lo que si estaba claro es que el siguiente paso sería el fracaso de mis cuerdas. Y así sucedió. No pude atarte con ellas y en vista de que ya no me escuchabas mi canción se hizo de polvo… y volé. Pero la realidad pasa factura a todos y nos envuelve con un torrente de ajetreo, información y novedades y, ya se sabe, a rey muerto…

Pocos preguntaron qué fue de mi gorra, si hombre, aquella roja que tanto irrita a algunos, la que me acompañaba de conciertos. Y a la gran mayoría sinceramente les dio igual que mis acordes hubieran caído al suelo, siempre y cuando no estorbasen su marcha acelerada hacia otros destinos. La verdad es que no se qué nos pasa. Corren tiempos en los que sólo comemos lo que nos ponen en el plato y si hay que leer la carta ya es todo un esfuerzo. Si no sales en la tele: no existes; si no sales en la radio: no vales; si no apareces en internet con un letrero bien grande (clica aquí borreguito) no interesas…

Alguien se cae de la bici en Youtube y llega a los 12 millones de visitas, un artista joven y con ideas no llega a las mil. El Chiquilicuatre es elegido para representar a España en Eurovisión. En Madrid un cantautor lucha por que vengan 30 personas a un concierto y al día siguiente se llena calle de gente en el desfile de las fuerzas armadas. En la puerta de un bar la gente no entra porque hay que pagar cinco euros por un concierto, una semana después Camps sale reelegido por mayoría absoluta…

Y lo peor de todo es, que para colmo, nadie va a gastar 5 minutos en leer esto.