miércoles, 29 de mayo de 2013

Ya lloverá otro día

Estás en esa edad en la que todo es intenso y un mundo repleto de primaveras te ofrece su abrazo. Esa edad en la que irremediablemente sólo te puedes volver más bonita a cada día que pasa. Atrás han quedado las inseguridades y dependencias de la adolescente que fuiste y al tempo que tú misma marcas te construyes tu propio yo. Estás en esa edad que los púberes desean y los maduros añoran, cuando todo en tu piel es luz calor y sortilegio. 
Aunque no soy mucho mayor que tú me siento como el viejo profesor de Nabókov disfrutando de los encantos de la joven Lolita ya que esa etapa (en gran medida) ya pasó para mí. No sé si te hago bien o mal (eso debes decidirlo por ti misma) pero te envidio. Te envidio cochinamente porque esos años no vuelven. Y me alegro, me alegro de que en esta perra vida aún queden cosas que no puedan comprarse ni venderse. Esta etapa de la vida es un regalo y me has dejado revivirla contigo. Lo único que me importa es que te tengo. Me has dejado tenerte y me haces feliz ahora. Vive, sueña a tu loca manera y que se joda el mundo si se opone. Ya lloverá otro día.

sábado, 9 de marzo de 2013

Crisis


Crisis. La crisis económica, la crisis de la mediana edad, la crisis de valores de la sociedad actual… La crisis está de moda, está en boca de todos, en cada familia, en cada casa. Nos invade, nos rodea y nos asedia. Nos abraza íntimamente y nos susurra fiel al oído que no va a abandonarnos nunca. Entra en nuestro hogar sin llamar a la puerta y se sienta a nuestra mesa. Se apodera del sillón y del mando de la tele (báculo regio de cada vivienda) y nos domestica a base de ponernos de rodillas para servirle de escabel. Se inmiscuye en nuestro sueño, cuando nos permite dormir y nos vampiriza la ilusión cuando no. Se lleva lo mejor de algunas personas. Tan presente la tenemos que se nos está pegando a los huesos. Poco a poco se va filtrando hasta que nos corrompe por dentro y nos desahucia de nuestro propio corazón hipotecado.

Pero aún estamos vivos. La solidaridad entre los ciudadanos de a pie (que realmente son los que importan) se ha disparado y de aquí y de allá surgen ideas, iniciativas y asociaciones para capear el temporal de manera digna. Aunque no haya empleo queda muchísimo trabajo por hacer. La realidad ha demostrado que, actuando de manera individual y egoísta, la raza humana está avocada al fracaso. De todos depende el actuar como grupo o como rebaño.