miércoles, 29 de mayo de 2013

Ya lloverá otro día

Estás en esa edad en la que todo es intenso y un mundo repleto de primaveras te ofrece su abrazo. Esa edad en la que irremediablemente sólo te puedes volver más bonita a cada día que pasa. Atrás han quedado las inseguridades y dependencias de la adolescente que fuiste y al tempo que tú misma marcas te construyes tu propio yo. Estás en esa edad que los púberes desean y los maduros añoran, cuando todo en tu piel es luz calor y sortilegio. 
Aunque no soy mucho mayor que tú me siento como el viejo profesor de Nabókov disfrutando de los encantos de la joven Lolita ya que esa etapa (en gran medida) ya pasó para mí. No sé si te hago bien o mal (eso debes decidirlo por ti misma) pero te envidio. Te envidio cochinamente porque esos años no vuelven. Y me alegro, me alegro de que en esta perra vida aún queden cosas que no puedan comprarse ni venderse. Esta etapa de la vida es un regalo y me has dejado revivirla contigo. Lo único que me importa es que te tengo. Me has dejado tenerte y me haces feliz ahora. Vive, sueña a tu loca manera y que se joda el mundo si se opone. Ya lloverá otro día.