sábado, 18 de octubre de 2014

Otro aire

Necesitaba inevitablemente otro aire que respirar, otro suelo para mis pies urgentes y otros rostros que echarme a los ojos. Otra aventura que guardar en la memoria. Mi cabeza comenzaba a desconectar clavijas de un sitio para luego reconectarlas a otro. Como aquellas operadoras de las primeras décadas del teléfono.  Nunca pensé que el azar me llevaría tan lejos de mi familia y mi ciudad pero en cierto modo era algo que en el fondo se veía venir. Los que me conocen un poco saben que soy un animal de ciudades grandes. Me apasionan las urbes que albergan millones de vidas pululantes de acá para allá… millones de historias que escuchar. Aunque oficialmente ya comenzó la primavera aún refresca en El Gran Santiago y noto mis dedos fríos, al contacto con los labios en cada calada, mientras te escribo estas líneas. El ritmo taimado de la ciudad contrasta con lo frenético y saturado de su tráfico rodado. Acá la gente es acogedora y sencilla. Su país es ahora tu país y en cada gesto habita un eco subliminar que susurra “ya estás en casa”.


2 comentarios:

  1. Espero q esa tierra te trate como te mereces, y que la conquistes como solo tu sabes hacer, sigues teniendo corazon de bohemio, sigues dejando huella en cada puerto que desembarcas...Bezos zevillanos
    Siempre admiradora: soniagomez

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