Solo deseo libertad para mi trazo,
piezas dispersas sin la necesidad
de rearmar los pedazos,
besos sin labios, abrazos sin brazos,
piedras volando descargadas
del misterio y la certeza de la gravedad.
Sin los andamios ni el esqueleto,
sin cuerda, fe, objetivo ni amuleto.
Perder esta costumbre de encontrar,
de explicar, de buscar...
Raíz, tallo, rama, hoja, flor y fruto…
Sujeto al verbo y predicado…
Abierto en canal y eviscerado…
Explota un corazón y llueven risas.
Desordenar el reloj, tirar al mar
la prisa.
Solo deseo libertad para mi sueño,
jugar a ver quien se hace más pequeño,
quitar grapas y anillas, velar este carrete,
desenvolver paquetes, escribir en el filo…
La voz se desmaquilla, rallando este vinilo:
quiero querer y no puedo...
quiero querer y no puedo...
quiero querer y no puedo...
quiero querer y no puedo...
Cuando olvides querer... podrás
ResponderEliminarEntonces metarmorfosearía el verso:
ResponderEliminarPuedo querer y no quiero...
De todas formas es una ambiguedad buscada entre el querer-amar y el querer-desear.
Un abrazo desde el mar.