sábado, 30 de enero de 2010

Castañas asadas


Como casi todos los días hoy he salido a la calle de tarde y he seguido mi camino de costumbre mirando con atención los escaparates de las tiendas que encontraba a mi paso. Entre las cosas habituales podían apreciarse calabazas de Halloween y disfraces varios de monstruo. No es que esté en contra de esta fiesta pero cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa. Caminaba pensativo por la avenida Reyes Católicos intentando buscar sentido a esta intrusión cultural. Doblé la esquina para adentrarme en mesones cuando de repente un olor familiar me ancló al suelo en plena Puerta Real. ¡¡Castañas asadas!! De pronto recordé ese olor de la esquinita de la plaza de abastos de Cádiz comiéndome de chiquillo un cartucho el día de los tosantos. Si hombre, ese día en el que en el mercado disfrazan a los pollos de flamenca y a las pijotas de alcaldesa. Y también recordé a mi abuela ese día por la mañana regalándome un canastito con nueces, avellanas de los toros y almendras. Y que queréis que os diga. Me quedo antes con un cochino disfrazado de torero que con un gilipollas disfrazado de drácula.

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